La educación de los años 30 a los 60 , era muy diferente a la que tenemos actualmente, para conocerla y acercarnos a ella, hemos hablado con nuestros abuelos y abuelas, para que nos cuenten sus experiencias personales.
MI ABUELA ENCARNA.
Nació en 1933, en un cortijo de la Alpujarra llamado ¨ La encina ¨ . Me cuenta que antes nacían en las casas, sin ayuda de médicos , ni matronas . Era una familia grande , tenía siete hermanos, de los cuales ella es la segunda. vivieron una temporada en el cortijo, que estaba cerca del pueblo, y cuando ella tenía unos cinco años, se fueron a vivir allí.
Cuando llegó al pueblo empezó en el colegio , que era pequeño y estaban todos juntos y de distintas edades. Recuerda que tenía una profesora , que lo único que hacía era hablar con las vecinas del pueblo y que siempre llevaba una varilla verde, para pegarles a ellos cuando hablaban. Aprendió a leer y a escribir, que dice que es lo único que les enseñaban. Me dice que antiguamente en el pueblo no podían estudiar, porque tenían que trabajar, y que sólo estudiaban los que tenían dinero.
Con ocho o nueve años, tuvo que dejar de estudiar , porque tenía que ayudar a sus padres en las tareas de la casa y del campo. Me cuenta que cocinaba para todos en la chimenea y que como era tan pequeña su abuela la agarraba por detrás para que no se cayera al fuego.Lavaba la ropa de toda la familia en un río , cuidaba las vacas , tenían una panadería y hacia el pan ,etc.
Conoció a mi abuelo con trece años y me cuenta que las cosas no eran como ahora , si querían ir a un baile tenían que ir acompañados de su madre, que cuando estaban en la casa sentados en la mesa siempre tenían que tener las manos encima de la mesa y muchas cosas más.
Por último, me decía que fue una vida muy dura, por suerte no pasaron nunca hambre , pero morían muchos niños por enfermedades y tenían que trabajar desde muy pequeños. Me confiesa que le hubiera gustado nacer en la época actual , donde tenemos tantas comodidades y tan pocas complicaciones.
MI ABUELA RAFAELA.
¨Que años más bonitos¨ empieza diciéndome, recuerda con añoranza y ternura su infancia y juventud , aunque admite que fue duro, me dice que le gustaría volver a esa época.
Ella nació en Dehesas de Guadix en 1935, con la ayuda de una vecina a la que llamaban la comadrona. Era también una familia grande , eran seis hermanos y ella la única niña, me dice que ella tenía que lavar a sus hermanos , prepararles las ropas y hasta cortarles las uñas de los pies, me cuenta entre risas.Su padre era negociante, una situación que no les hacia vivir demasiado mal.
Fue a la escuela del pueblo unos años, pero cuando se fueron a vivir al cortijo la tuvo que dejar , porque estaba lejos y no tenía forma de ir. En el cortijo, tenían un profesor que iba a darles clase a ellos y a los vecinos. Me cuenta que se lo pasaban muy bien y que lo mejor era que no tenían que madrugar.
Con unos once años se tuvo que venir a Granada con su abuela para cuidar a un tío suyo que estaba en el hospital , mientras estuvo aquí se apunto a unas clases que daban las monjas, pero su padre le dijo que no se podía quedar que estaba muy lejos del cortijo.
Cuando volvió al cortijo, seguía recibiendo clases del profesor, que les enseñaba a leer , escribir, sumar , restar, multiplicar y dividir. Cuando cumplió dieciséis años el maestro les dijo a sus padres que ya no hacia falta que siguiera estudiando, que para estar en su casa ya era suficiente. Sus hermanos, si estudiaron mas años , pero ninguno estudió carrera, porque dice que antiguamente no se hacía, porque no estaba bien visto y porque tenían que ayudar en las tareas familiares.
A ella le gustaría haber estudiado enfermería, y era la que se encargaba de poner vacunas y cuidar enfermos.
Conoció a mi abuelo con dieciocho años.
Me confiesa que a ella no le hubiera gustado nacer ahora, que a ella le gusto mucho la vida que tuvo, una vida más familiar y más acogedora , no tan individual como la que estamos viviendo.
Esta es la historia de mis dos abuelas tan paralelas y a la vez tan distintas. Este ha sido un trabajo en el que he podido conocer aspectos de mis abuelas que de otra forma quizás nunca me hubiera planteado preguntarles y el cual recomiendo a todo el mundo si tiene oportunidad de descubrir la infancia de nuestros mayores.
